miércoles, 2 de octubre de 2013

From lost to the river


Escucho el sonido del whatsapp desde la cocina con toda la cara sumergida en una nectarina gigante que compré en el mercado y con el jugo casi hasta la frente pienso que podría ser importante. Pero la situación es muy engorrosa  y miro hacia el cuarto, miro mis manos, busco algo para limpiarme, miro la jugosa nectarina… baj! ¡Qué coño!  Sea quien sea seguro que puede esperar. O a lo mejor no. Era una alumna. Ah, qué ¿no les conté? Ahora soy teacher, hell yeah! Un día algo me cambió y me corté el pelo. …Un momento, esto tiene toda la pinta de que me voy a ir por las ramas y acabaré post-poniendo el post como siempre o me quedaré tres días y tres noches (con la mirada fija en la mezcla) intentando conectarlo todo para darle un sentido.

¡Vamos allá! Un día algo me cambió y me corté el pelo. Me lo rapé. Ya tenía ganas hace bastante tiempo pero me daba miedo arrepentirme y no me imaginaba sin pelo aunque a la vez lo que más deseaba era ser pelada y estar así de fresquita como estoy ahora y además estoy muy sesi. Entonces de repente empecé a tomar un montón de decisiones acertadas. Parece una tontería pero los cambios radicales, así sean simplemente estéticos, ayudan un montón a quitarse los miedos. O a centrarse. O yo que sé si es verdad o casualidad, pero la cuestión es que así se dio en mí. Con la cabeza rapada y como si ya no me importara nada,  decidí renunciar a mi trabajo. Sí, ese trabajo de mierda en el que llevo como siete años. Mi segunda licenciatura, mi segunda casa. Siete años por los que ha pasado un montón de gente linda y también gente fea. Siete años de anécdotas divertidas y de ataques de histeria y ganas de matar. Pero sobretodo, siete años de hacer lo que no me gusta para sobrevivir. De limpiar mierda ajena, de servir, de ser explotada y de casi explotar. Y sobre todo, de posponer y opacar mis otras habilidades, capacidades o virtudes. Por miedo. O por vergüenza. En fin, el miedo y la vergüenza en este caso para mí son la misma cosa. (No cuando se trata de cucarachas). Entonces me dije “Karancha, déjate de joder y ponéte a dar clases de inglés que para algo te pasaste diez años de tu vida estudiando, no solo para irte de intercambio a despilfarrar que al final en pedo tampoco es que importaran demasiado tus conocimientos.” Sabias palabras de la mujer madura y pelada que soy hoy. El ejemplo a seguir de mis hermanas menores. El orgullo de mis padres. Carlitos.
Fue así entonces como me enloquecí y me fui a pegar anuncios por el barrio ofreciendo mis clases particulares de inglés. Y me llamaron. Y esa ha sido la decisión más acertada del mes. =)

Ahora que ya todo me chupa un huevo (también me gusta mucho decir “me la refanfinfla”), me tomaré las clases con humor y comenzaré a difundir el nuevo anuncio que he creado con tanta dedicación. Espero que les guste =)